La democracia es inapelable, y cuando hablan las urnas, cuando habla el pueblo, solo queda agradecer y aprender. En este caso, también queda crecer y construir. Solo queda felicitar a Javier Fernández por su victoria y al pueblo rinconero por hablar democráticamente.

Desde la candidatura de Con Izquierda Unida y Podemos, agradecemos el apoyo recibido en forma de votos en las elecciones municipales. La confianza de todas las personas que han respaldado a esta confluencia es la piedra de toque de la esperanza como cuestión política. No debemos olvidar que cuando la gente pierde, gana el fascismo.

Hemos de hablar de fascismo porque los resultados así lo dicen. Pero también dicen otra cosa: que la izquierda rinconera aguanta los golpes, que se nos confía el mandato de construir una resistencia generosa, solidaria, colectiva, más amplia, en la que se defiendan los derechos de las personas, el derecho a vivir mejor.

Hoy hablamos de algo más que de los dos concejales que generosamente nos ha confiado el pueblo de La Rinconada, y que trabajarán desde las instituciones, con compromiso insobornable, para que la vida de todos esté en el centro de la discusión política.

Hoy hablamos de la oportunidad que se abre ante nosotras y nosotros, y de que vuestra participación en el espacio de libertad que iniciamos hace más de un año es más necesaria que nunca. También es más necesaria que nunca la apertura de miras y el ensanchamiento de objetivos. Esto pasa por tender manos y puentes para cambiar políticas, y también pasa por hablar con todos y tejer redes solidarias, redes que resistan la riada que, sin duda, nos viene.

No se trata de salvar los muebles, se trata de salvar la democracia tal y como la conocemos.

Gracias, muchas gracias, por votar a la izquierda rinconera.

Gracias por luchar contra las desigualdades y entender que urge progresar hacia una mejor calidad de vida para todas las personas.

Gracias por no retroceder ante el avance de la barbarie y las maquinarias electorales que, una vez más, no han conseguido parar a los que hemos venido a cambiarlo todo.