Es harto conocida la posición de los distintos integrantes de este Grupo Municipal respecto a la Sanidad Pública, la situación de las urgencias de La Rinconada y, por tanto, será fácil adivinar cuál es el sentido de nuestro voto respecto de la moción del grupo socialista.
No obstante, porque como todo en la vida, las cosas no hay que darlas por sentado, explicaremos porqué la sanidad está hecha un asco, quién la mantiene en este punto, y lo que es más importante, qué saca con ello.
Todas las que estamos aquí, a menos que tenga en su portapapeles una póliza de seguro, ha tenido que pasar por un médico en la pública y, con ello, ha venido soportando mayores colas para pedir cita, mayores esperas para ser atendida, mayores dificultades para obtener un diagnóstico, mayores inconvenientes para ser operada y mayores consecuencias por la falta de material, personal y condiciones en nuestra sanidad. Hay quien, mostrando datos de récord en inversión, pretende un doble ejercicio de equilibrismo circense: colgarse la medalla de ser mejores que nadie y, al mismo tiempo, echar la culpa a otro. El otro, por cierto, siempre es el mismo, pero no vamos a entrar ahí que para eso es su peleíta. Vamos, en cambio, a hablar de lo que a las personas de La Rinconada les importa, y es tener un médico al que poder acudir si, desgraciadamente, les pasa algo.
Porque verán, representantes del Partido Popular, no se notan en La Rinconada ninguno de los muchos millones de euros que dicen, han invertido en la Sanidad Pública. Yo les cuento porqué, y para ello vamos a citar a la Fundación IDIS (la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad) en la que, ninguna sorpresa, se integra Asisa y otros operadores sanitarios privados. Dice esta Fundación que, desde que gobierna el PP en la Junta, el porcentaje de gasto por habitante en la pública se ha reducido, pero, ya ven ustedes, el presupuesto para la privada no para de aumentar. Claro que gastan más, eso no se lo negamos. Pero no nieguen ustedes la mayor, que ese gasto va a parar a manos de empresas privadas, y que si para ello, tienen que justificar la oferta y la demanda cerrando centros de salud, pagando menos a los profesionales y echando balones fuera mientras ponen en peligro a las personas, pues está claro que lo están haciendo.
En el argumentario que se les prepara desde San Telmo les vienen diciendo que reboten todas esta cuestiones a Pedro Sánchez, a ver si con ello aumentan el desgaste sobre el gobierno y consiguen el tan cacareado cambio. Cuentan para ello con el hartazgo de la población que sufre. Sufre porque la hacen sufrir, representantes del Partido Popular. Hasta Vox les ha dicho que dejen de timar a Andalucía. Claro que lo hace ahora que no gobierna con ustedes y se han convertido en diana, que hace nada daban palmas con las orejas al dispendio en los conciertos.
Claro está, hoy se pueden marcar una de esas fintas en las que se ponen el sombrero de responsabilidad política para apoyar la moción socialista, pero les tenemos que decir que llegan, al menos, con un año de retraso. Como responsables políticos con hilo directo con la Consejera de Salud, como nos han referido en numerosas ocasiones, deberían haberle dicho, con la confianza que se le supone a una compañera, que les solucionase el tema de las urgencias, más que nada para que no les pongamos la cara colorada aquí cada dos por tres.
Nos les calentaré mucho más la oreja porque, al fin y al cabo, ustedes están poniendo la cara hoy aquí para intentar minorar el golpe, pero todo el mundo en esta sala, y a través de las ondas, sabe lo que pasa: que la pela es la pela y da un poco igual de donde la saquen, el caso es sacarla.
Vengan ahora a repetir sus grandes hits: la inversión récord en la Historia de la Humanidad, el magnífico gobierno de Moreno Bonilla, lo malos y funestos que somos los demás que no les dejamos gobernar en paz y estamos criticándoles todos los días.
Me voy a permitir, no obstante, un consejo para que lo piensen: no tienen ya que seguir aparentando que son más ultras que los ultras. Están a tiempo de, como dice Feijoó, reivindicar la moderación. No esa moderación impostada del mensaje de navidad en una taberna, al estilo Ayuso, que se han venido marcando, no. Una moderación real, anclada en las necesidades y peticiones de la gente. Ya han visto lo que hace la polarización en otros países: hace que lluevan balas, mata gente, justifica lo injustificable. Están a tiempo de que la Historia no les dé otro nombre.Y para terminar: no queremos solo la reapertura de las urgencias de La Rinconada a su estado anterior a la pandemia. Queremos el rearme completo de la Sanidad Pública Andaluza como derecho de la población, recogido en el Estatuto de Autonomía y en la Constitución.
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