Buenos días a todas y todos los que nos acompañan y nos escuchan.

Nos hemos reunido hoy aquí para nombrar. Nombrar es uno de los más poderosos atributos del ser humano. Nos permite reconocer, conceptualizar y rememorar aquello que vivimos, e incluso aquello que no.

Hoy nombramos una plaza y un parque, lugares de solaz, en memoria de dos ferias. Dos ferias que han sido seña de nuestros diferentes núcleos. Con esta nominación damos homenaje a tantas vidas vividas, tantas horas trabajadas, tantos sentimientos cosechados a la luz de las guirnaldas de estas festividades y las atesoramos en el callejero de nuestra ciudad, dejando estos nombres como legado para las generaciones futuras que, como decía al comienzo, no hayan vivido nuestras dos ferias: la Feria de Rinconada y la Jira.

Permítanme la osadía, para decir que sí a esta propuesta de nominación, de darle un poco de vida a este legado, tomando unos versos de uno de nuestros queridos poetas locales, Miguel Valverde que, con tanto cariño, nos recuerda a aquellas tardes de feria.

Más, sobre ti…
siguen cabalgando:
Del oeste… pistoleros.
Indios apaches de feria.
De volantes y lunares…
niñas gitanas de ensueño.
Con botas y chaqueta corta,
plano y cordobés sombrero…
niños feriantes flamencos.
Y… allí, cámara en ristre,
nuestro fotógrafo el "Kiko"…
dispuesto a retratar…
a todo el pueblo entero.
Caballo de fantasía,
haces feliz a la niñería.
En esta entrañable "Jira",
en ésta entrañable Feria,
de éste entrañable pueblo.