La experiencia de ser jurado, por segundo año consecutivo, de la Gala de Deportes, es un aprendizaje continuo. Aprendes sobre las muy diferentes disciplinas deportivas que se desarrollan en nuestra localidad, sobre las promesas cuyas carreras hay que seguir, y sobre historias de superación personal y colectiva.
Este año, además, hemos aprendido sobre la inclusión y la diversidad funcional con el proyecto de tres árbitros para facilitar el desempeño en estas lides de personas con capacidades diversas.
Por eso, resultó una mala lección la comprobación de que el humor zafio, ofensivo y excluyente sigue muy vivo en nuestra sociedad. Que el siguiente chiste a la presentación de un proyecto de inclusión fuese sobre la discapacidad mental fue un jarro de agua fría en una noche por lo demás muy emotiva; que se propusiese a la audiencia chanzas sobre personas de color y sus atributos sexuales fue vergonzoso; que las mujeres quedáramos relegadas a objeto sexual, bochornoso.
Quizá fue que el Comandante Lara no estuvo fino, quizá es que el tipo de humor que procura está más cerca del repertorio vejatorio del Arévalo de cassete de gasolinera que del didáctico y crítico de Henar Álvarez.
En cualquier caso, fue una mala lección sobre las oportunidades perdidas. La oportunidad de no ceder a la risa fácil provocada por la desigualdad y la diferencia, el desencuentro y el conflicto, con insultos incluidos que no tuvieron en cuenta ni el contenido de la gala ni a la propia audiencia, con niños pequeños entre ella.
Hubo carcajadas, claro que las hubo. Entre la mitad o menos de la sala. La otra mitad, con rictus de asombro y espanto, asistía a una sesión de bullying colectivo pagada con dinero público, preguntándose —yo me lo pregunté, y conmigo varias personas más con las que posteriormente lo comenté— si aquello que se nos lanzaba desde el escenario era meritorio para una ciudad progresista como La Rinconada.
Alguno y alguna, cuando vio mi expresión ayer, ya me vio venir y se adelantó: “es lo que pide el pueblo”, me dijeron. Yo me acordé de otra conversación en la que me aleccionaron sobre el deber público: “en ocasiones no hay que dar al pueblo lo que pide, sino lo que necesita”. Evidentemente, lo que necesita el pueblo de La Rinconada no es caer en la ignominia de una risa facilona, chabacana y pueril.
Desde Podemos reclamamos que la organización de la Gala y el Patronato de Deportes tengan en cuenta estos hechos para próximas ediciones, así como la petición de disculpas públicas al público, clubes, asociaciones e invitados.
Sheila Guerrero
Concejal en el GM CON IU-Podemos en el Ayto. de La Rinconada
Responsable de Organización de Podemos La Rinconada
Todas las noticias de Podemos La Rinconada, en tu bandeja